La Mortalidad
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La Mortalidad
Dinah Maria Mulock Craik (1826-1887), más conocida dentro de la literatura gótica como Miss Mulock, no ha legado una sutil, y acaso artística, visión de la muerte.
Nuestra poetisa gótica cree descubrir cierta belleza en la inevitable corrupción de la muerte, pero no se trata aquí de la belleza estética o sensual, sino de aquella sensación de paz que algunos seres experimentan ante la contemplación de lo efímero de la existencia, de lo frágil que resulta la vida en este océano hostil que llamamos universo.
La poesía gótica suele encontrar estos delicados matices en la naturaleza, haciendo que la simple danza de una hoja en el viento, o el trémulo rumor de la hierba seca que flota sobre los campos yermos del invierno, se transformen en una verdadera obra de arte, donde todas las formas del mundo tienen un propósito.
Mortalidad.
Mortality, Dinah Maria Mulock Craik.
Y seremos cambiados, seremos transformados...
Vosotros, finos musgos, líquenes grises,
embutidos uno a uno en un pliegue sensible;
así, plácidamente, día tras día,
retornaréis a vuestra primera morada.
Hojas marchitas, que con aérea gracia
se deslizan de sus ramas como frágiles aves,
abandonan sus irrepetibles nichos,
sólo para ser reemplazadas en la verde primavera.
Si nosotros, criaturas conscientes de Dios,
tuviésemos también fe en nuestra irrevocable descomposición,
no temblaríamos como lo hacemos,
cuando la tierra cae sobre la tierra.
Con la misma dulce paciencia
deberíamos abrazar este destino mortal,
ya que en todas las nuevas formas
se encuentra el espíritu listo a renacer.
Sabiendo que cada gérmen de vida que Él urdió,
tendrá en Él su fuente y su crepúsculo,
y todo lo que alguna vez vibró
podrá cambiar, más nunca terminar.
Vosotras, hojas muertas, cayendo suave en la brisa,
Vosotros, finos musgos y líquenes grises;
cerrad los ojos en vuestras tumbas
pues también la vida habita allí.
Nuestra poetisa gótica cree descubrir cierta belleza en la inevitable corrupción de la muerte, pero no se trata aquí de la belleza estética o sensual, sino de aquella sensación de paz que algunos seres experimentan ante la contemplación de lo efímero de la existencia, de lo frágil que resulta la vida en este océano hostil que llamamos universo.
La poesía gótica suele encontrar estos delicados matices en la naturaleza, haciendo que la simple danza de una hoja en el viento, o el trémulo rumor de la hierba seca que flota sobre los campos yermos del invierno, se transformen en una verdadera obra de arte, donde todas las formas del mundo tienen un propósito.
Mortalidad.
Mortality, Dinah Maria Mulock Craik.
Y seremos cambiados, seremos transformados...
Vosotros, finos musgos, líquenes grises,
embutidos uno a uno en un pliegue sensible;
así, plácidamente, día tras día,
retornaréis a vuestra primera morada.
Hojas marchitas, que con aérea gracia
se deslizan de sus ramas como frágiles aves,
abandonan sus irrepetibles nichos,
sólo para ser reemplazadas en la verde primavera.
Si nosotros, criaturas conscientes de Dios,
tuviésemos también fe en nuestra irrevocable descomposición,
no temblaríamos como lo hacemos,
cuando la tierra cae sobre la tierra.
Con la misma dulce paciencia
deberíamos abrazar este destino mortal,
ya que en todas las nuevas formas
se encuentra el espíritu listo a renacer.
Sabiendo que cada gérmen de vida que Él urdió,
tendrá en Él su fuente y su crepúsculo,
y todo lo que alguna vez vibró
podrá cambiar, más nunca terminar.
Vosotras, hojas muertas, cayendo suave en la brisa,
Vosotros, finos musgos y líquenes grises;
cerrad los ojos en vuestras tumbas
pues también la vida habita allí.
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